Al comenzar 2025, los mejores líderes reflexionan sobre sus puntos fuertes y sus carencias en materia de liderazgo y buscan activamente oportunidades para mejorar durante el próximo año. Entienden que lo que funcionaba hace 5 o 10 años puede no ser tan eficaz en el panorama empresarial actual, y demuestran resistencia y adaptabilidad ante el cambio continuo.
A lo largo de mi carrera, he tenido la oportunidad de aprender de algunos de los directores generales y líderes empresariales de mayor rendimiento del mundo. Me he dado cuenta de que casi todos ellos comparten un compromiso incesante por convertirse en mejores líderes. Esto ha reforzado mi creencia de que el liderazgo no es una mera colección de rasgos innatos, sino un viaje sin fin.
A continuación expongo algunos de los métodos de eficacia probada que he observado en CEOs que trabajan con éxito para convertirse en mejores líderes:
- Mantener el pulso
El liderazgo exige comprender lo que ocurre en el mundo y cómo afecta al panorama empresarial. Hoy en día, los líderes se enfrentan a retos sin precedentes, desde la gestión de cuatro generaciones muy distintas en la fuerza de trabajo hasta la adaptación al aumento del entorno de trabajo híbrido.
Los líderes eficaces apuestan por una comunicación clara y transparente para fomentar una cultura sólida que salve las diferencias generacionales y geográficas. A medida que la adopción de tecnologías emergentes como la IA y la automatización continúa acelerándose rápidamente, tener conocimientos tecnológicos es también un mandato cada vez más crítico para que los líderes de hoy aprovechen las ventajas.
El liderazgo ágil nunca ha sido más esencial a medida que el cambio y la transformación se convierten en el statu quo. Crear un entorno en el que los empleados acepten el cambio es la clave del éxito.
- Establecer objetivos específicos y medibles
No es de extrañar que los líderes de alto rendimiento no sólo den prioridad a su éxito empresarial, sino también a su crecimiento personal. Sin embargo, los objetivos en torno a la mejora de las habilidades de liderazgo a menudo pueden ser ambiguos. Una mentalidad transformadora requiere establecer objetivos que sean a la vez específicos y mensurables.
Centrarse en las áreas en las que los líderes pueden tener un impacto más significativo -y que pueden medirse a lo largo del tiempo- permite a los líderes mirar atrás y comprobar si han realizado progresos significativos. Buscar puntos de fricción (personales o dentro de una organización) y establecer objetivos que ayuden a eliminarlos puede ser un ejercicio útil de priorización.
Una táctica sencilla que puede mejorar notablemente la productividad de la organización es asegurarse de que todas las reuniones tengan un orden del día. Esta estructura añadida permite que las conversaciones se mantengan centradas, productivas y presentes.
- Seguimiento del éxito
Los mejores líderes se responsabilizan a sí mismos controlando periódica y objetivamente los parámetros de su empresa. No se limitan a controlar los ingresos y los resultados, sino que también tienen en cuenta diversos factores cualitativos.
Evaluar periódicamente si los empleados crecen y se desarrollan es un punto de referencia importante, no sólo para el equipo directivo, sino para todos los compañeros. Cuando los empleados sienten que adquieren nuevas habilidades, la satisfacción laboral, el compromiso y la retención aumentan de forma natural. Como resultado, las grandes ideas se extienden libremente por toda la organización.
Para medir la cultura de la empresa, los grandes directores generales crean la estructura necesaria para fomentar un alto nivel de colaboración entre los equipos y trabajan activamente para garantizar que los procesos no se vuelvan excesivamente burocráticos a medida que la empresa crece. Los CEOs pueden evaluar si el equipo funciona a un nivel estratégico si las ideas innovadoras que surgen están estrechamente vinculadas a la misión, la visión y el propósito de la empresa.
Y lo que es más importante, vigilar de cerca los indicadores clave de rendimiento (KPI) en torno a la satisfacción del cliente garantiza que el producto o servicio esté en consonancia con la evolución de las necesidades del cliente.
- Buscar la comunidad
Los mejores líderes también se rodean de personas que les apoyan y les plantean retos, y que comparten su afán de crecimiento. En mi experiencia participando en grupos de asesoramiento entre iguales como director general, he recibido comentarios constructivos y honestos de compañeros de confianza sobre los que sigo reflexionando a día de hoy. Estos grupos también inculcan de forma natural una habilidad de liderazgo esencial: escuchar atentamente sin juzgar.
La escucha activa ayuda a los líderes a crecer y aprender de quienes les rodean. En lugar de sacar conclusiones precipitadas, los líderes eficaces dedican mucho más tiempo a pensar en las preguntas adecuadas. Permanecen abiertos, curiosos y profundamente comprometidos con una vida de aprendizaje.
Todos los directores generales se encuentran en un punto diferente de su trayectoria de liderazgo y tienen sus propios objetivos. Aunque los atributos y comportamientos que funcionan para un director general pueden diferir de los de otro, los cuatro principios anteriores son fundamentales en el camino de cualquier líder.
Los líderes que sean capaces de adaptarse rápidamente al cambiante panorama empresarial, realizar un seguimiento constante de las métricas empresariales cualitativas y cuantitativas y conectar con compañeros que les planteen retos, se prepararán para un crecimiento transformador en 2025.
Esta historia apareció por primera vez en The Business Journals.
Este artículo se publicó primero en Vistage US, puedes leer la versión original en inglés aquí.
