No existe un estilo de liderazgo único que funcione para todos. Encontrar un enfoque de liderazgo exitoso lleva tiempo y a menudo implica ensayo y error, ya que los CEO aprenden de su experiencia y de las mejores prácticas y errores de sus compañeros.
En Vistage, tenemos un asiento en primera fila para ver cómo los CEOs de pequeñas y medianas empresas se dedican a mejorar su liderazgo de forma continua, impulsados por un espíritu de desinterés, curiosidad y humildad. Creo que estos líderes de pequeñas y medianas empresas hacen que el mundo funcione. A medida que trabajan cada día para ser mejores líderes, fortalecen a su vez sus empresas, familias y comunidades.
Después de tener la oportunidad de aprender de muchos de estos líderes a lo largo de mi carrera, he visto que hay muchas maneras diferentes de ser un líder eficaz. ¿Cuál es la clave? Encontrar lo que es verdadero para ti. Para los nuevos directores generales que intentan desarrollar su estilo de liderazgo -o para los veteranos que intentan perfeccionarlo-, a continuación se exponen algunas estrategias de eficacia probada de los directores generales de pequeñas y medianas empresas, así como los errores más comunes que deben evitarse.
Mejores prácticas de liderazgo
Los mejores líderes del mundo se centran en la autenticidad y la humildad.
Se esfuerzan por mejorar, no sólo por sí mismos, sino por el bien de sus empleados y de la empresa. Cuando un estilo de liderazgo se basa en las verdaderas creencias de un CEO, éste es responsable de esos valores. Esto conduce a la coherencia en la forma en que los líderes se presentan a trabajar cada día y dirigen las reuniones, lo que repercute en toda la cultura de la empresa.
Los grandes líderes definen el éxito.
Persiguen grandes objetivos que galvanizan al equipo y se aseguran de que el equipo avanza conjuntamente hacia los objetivos. Cuando se quedan cortos, reúnen al equipo para que vuelva a levantarse y permanezca conectado con la misión, la visión y el propósito.
Una gran parte de la medición del éxito consiste en determinar si la empresa atrae y retiene a empleados que están conectados con la misión y sienten una verdadera alegría y propósito en su trabajo. La retención y satisfacción de los empleados son indicadores clave de la eficacia de un líder.
Un gran estilo de liderazgo se basa en la colaboración, la confianza y la comunicación transparente.
Confiar en el equipo significa que los líderes respetan que todo el mundo merezca un trato justo y un reconocimiento por sus contribuciones únicas. Esta filosofía se basa en la creencia fundamental de que cada empleado está abierto a aprender, dispuesto a trabajar duro y comprometido con el éxito de la empresa.
Por ello, los grandes líderes escuchan a su equipo y obtienen información de los empleados que están más cerca de la acción y pueden ofrecer información real sobre lo que funciona y lo que no. Conocen los retos diarios a los que se enfrentan sus empleados y las oportunidades que merece la pena aprovechar.
Errores de liderazgo
Un estilo de liderazgo de «ordeno y controlo» no funciona.
Cuando los líderes creen que tienen que conocer todas las respuestas, no buscan nuevos comentarios o ideas. Se aíslan durante el proceso de toma de decisiones, creyendo que es su trabajo tener la llave de cada decisión que toma la organización.
Los nuevos directores generales suelen empezar con este enfoque autoritario, y fracasa una y otra vez. Los empleados se sienten insatisfechos porque no participan en la búsqueda de soluciones. Con el tiempo, los líderes experimentados descubren que las mejores soluciones provienen de la búsqueda de perspectivas diversas.
Ocultar las malas noticias no ayuda a nadie. (H3)
El optimismo eterno parece algo bueno, pero puede volverse negativo cuando los líderes sólo comparten las buenas noticias, pintando un panorama de color de rosa que no permite a su equipo comprometerse con los verdaderos retos a los que se enfrenta la empresa.
Los líderes pueden hacer esto porque temen que su equipo pierda la motivación ante las difíciles condiciones de la empresa. A menudo se ven a sí mismos como la única persona capaz de manejar los hechos difíciles. Sin embargo, los grandes líderes saben que pueden asociarse con su equipo para superar los retos difíciles. Cuando los líderes son sinceros con sus empleados, se crea una cultura en la que todos se arremangan y trabajan juntos para encontrar una solución. El equipo está comprometido y va unido a la batalla.
No hay atajos para un gran liderazgo. (H3)
Una forma en que los líderes toman atajos es centrándose sólo en la estrategia e ignorando las operaciones cotidianas. Aunque centrarse en la estrategia es esencial, los grandes líderes también tienen el pulso de lo que está ocurriendo realmente con los clientes y los empleados. Los líderes pueden confiar en su equipo al tiempo que verifican que el trabajo se realiza con un alto nivel de calidad.
Por otro lado: Los líderes de tipo «portavoz y distribuidor» asignan tareas sin dar primero a su equipo la estrategia general.
Cuando los directores intentan controlar todos los detalles, los líderes y sus equipos se frustran. Los líderes no pueden escalar con este enfoque. Si no tienen clara la dirección, todo su equipo está abocado al fracaso. Los grandes líderes comunican la estrategia con frecuencia. A medida que los líderes aprenden a delegar y articular la visión, los empleados tienen autonomía para llevar a cabo la estrategia.
La mayoría de los líderes tienen historias sobre errores que aprendieron al principio de su trayectoria de liderazgo, e incluso los mejores líderes pueden volver a los malos hábitos de liderazgo que saben que no son eficaces cuando están sometidos a un estrés intenso. La buena noticia es que siempre podemos mejorar. Los mejores directores ejecutivos del mundo buscan continuamente oportunidades de crecimiento y evolución. El liderazgo es un viaje que dura toda la vida, y un estilo de liderazgo está pensado para adaptarse con el tiempo, como hacen los líderes.
Este artículo se publicó primero en Vistage US, puedes leer la versión original en inglés aquí.