En cambio, un liderazgo transparente proporciona a los directores generales y a los empleados una base unida para la resolución de problemas. Las siguientes son las mejores prácticas que han empleado grandes directores generales para liderar con transparencia en tiempos de incertidumbre.
1. Crea una cadencia regular de mensajes claros y coherentes
Puede ser en forma de actualizaciones mensuales o trimestrales sobre la marcha de la empresa en relación con sus objetivos.
Los empleados merecen saber cómo está funcionando su empresa, a qué obstáculos se enfrentan y el porqué de las decisiones que podrían afectarles. Esto no significa simplemente leer las cifras sin contexto ni estrategia.
Los grandes líderes comunican un plan estratégico para solucionar los problemas y se comprometen a informar periódicamente de los avances.
2. Comparte las malas noticias con las buenas
Aunque la transparencia siempre es importante, resulta crucial en tiempos de agitación y conflictos. A algunos directivos les preocupa que compartir malas noticias desanime a los empleados.
Pero ser franco sobre los retos elimina rumores y cotilleos y crea un equipo unificado que puede trabajar alineado para encontrar soluciones.
El liderazgo transparente no significa plantear los peores escenarios posibles al equipo, sino ofrecer una hoja de ruta honesta sobre la situación actual de la empresa, su futuro y el plan para llegar a él.
3. Potenciar la responsabilidad
Poner los objetivos a la vista del público crea un nivel de transparencia que impulsa la responsabilidad. Cuando los grandes líderes comunican los objetivos específicos de la empresa y los indicadores clave de rendimiento, permiten que afloren ideas y soluciones innovadoras.
Algunos directores generales pueden considerar arriesgado fijar un listón alto para el éxito, porque la moral podría verse afectada negativamente si no se alcanza el objetivo. Pero, en realidad, tiene el efecto contrario: reta a los equipos a estar a la altura de las circunstancias. Los empleados sienten que todos están juntos en esto y se sienten motivados para hacer su parte.
4. Dejar espacio para que fluyan las ideas
Los mejores líderes se mantienen alerta para desarrollar a su gente y sus procesos incluso en los momentos más difíciles.
Romper la jerarquía asegurándose de que todos los niveles de la organización entienden la estrategia y el rendimiento cultiva el respeto mutuo. Cuando se fomenta una cultura en la que los empleados se sienten valorados, no abandonan el barco a la primera señal de tormenta, sino que ayudan a cerrar las escotillas y se ponen a trabajar.
Espero con impaciencia los correos electrónicos de seguimiento en los que los empleados ponen a prueba mi forma de pensar. Me llena de energía ver a los empleados salir de su papel cotidiano para pensar en el panorama general. Y busco activamente empleados dispuestos a pedir cuentas a sus líderes y a sí mismos.
5. Anclaje a la misión, visión y propósito
Los grandes líderes siempre tienen en cuenta su misión, visión y propósito como principios rectores para la toma de decisiones.
La transmisión de estos principios estratégicos al equipo crea un espacio para que todos piensen en el negocio de forma alineada y permite a las empresas mantenerse cerca de las necesidades de los clientes.
Cuando los líderes se dedican a su propósito incluso en tiempos difíciles, se crea una cultura de transparencia y respeto. Y la alineación resultante permite a los CEO dedicar toda su atención a la estrategia, la cultura, la organización, los resultados y la ejecución.
6. Contratar para perseverar y resistir
Los líderes de éxito buscan la resiliencia desde el principio formulando preguntas en la entrevista que arrojen luz sobre si el candidato es una persona que resuelve problemas o alguien que se hace la víctima cuando las cosas se tuercen.
Los grandes líderes construyen un equipo que no teme gestionar los altibajos o arremangarse y salirse de su carril si la situación lo requiere. Contratar a personas con mentalidad emprendedora que estén comprometidas con una vida de aprendizaje y con compartir nuevas ideas y soluciones beneficiará a toda la organización, especialmente en tiempos difíciles.
Cuando los empleados perseveran en la consecución de objetivos y siguen creyendo que es posible ganar, aunque vayan por detrás, se crea una cultura de resiliencia y se inspira al equipo para seguir adelante y afrontar cualquier reto.
Por qué es importante un liderazgo transparente
Los líderes prosperan compartiendo inspiración y positividad. Disfrutamos motivando a los empleados para que superen nuevos hitos y felicitando a los equipos por alcanzar nuevas cotas.
Una «política de puertas abiertas» es fácil cuando las cosas van bien. Pero un verdadero líder sabe que la medida del éxito está en cómo se afrontan las dificultades.
A pesar de sus claras ventajas, a los directores generales puede resultarles difícil inclinarse por la estrategia de liderar con transparencia. Los directores ejecutivos pueden descarrilar al sentir que ya deberían tener todas las respuestas. Es posible que quieran aislar a su equipo de las duras realidades, o que les preocupe que el equipo empiece a cotillear y pierda el foco de sus responsabilidades cotidianas.
El problema con esta línea de pensamiento es que no respeta a los empleados como individuos dedicados e innovadores, y no tiene en cuenta el hecho de que el equipo fue contratado para ayudar a descubrir soluciones incluso en los momentos más difíciles.
El liderazgo transparente es una herramienta eficaz para suscitar la resolución creativa de problemas y promover una cultura de comunicación honesta y abierta. Ilumina el poder de la confianza.
Cuando los directores generales confían en que sus equipos forman parte de la solución, los empleados pueden a su vez confiar en las decisiones de sus directores generales. Sólo con ese nivel de confianza mutua y la camaradería resultante pueden los equipos enfrentarse de verdad a la incertidumbre y la volatilidad.